Pequeño 'GAMBA' Bastardo

Hola.

El miedo es un sentimiento que hace fluir nuestra adrenalina. El hecho de saber que corremos un grave peligro nos deja la boca seca, se nos acelera el ritmo cardiaco y lo mas importante: nuestra mente nos puede jugar bromas de muy mal gusto.

Es normal sentir temor en ocasiones, incluso en aquellas donde estamos plenamente conscientes de que nuestro entorno es seguro y que no existe ningun tipo de riesgo hacia nuestra integridad fisica. Es por eso que me he tomado el atrevimiento de compartir con ustedes, una historia verídica, un caso de trastorno psicológico basado en un hecho de la vida real.

El relato que están a punto de leer puede provocar ansiedad, pánico, alteración del sistema nervioso e incluso mearse en los calzones.

Es el 22 de julio de 2004. Todo indicaba un día más en mis labores cotidianas. Cual iba a ser mi sorpresa... pues ese día, aquel miércoles soleado, tendría un encuentro con el mismo demonio frente a frente.

Durante toda mi jornada laboral me sentí incómodo y con cierto nerviosismo, algo me indicaba que estaba ante una situacion peligrosa inminente.
Traté de mantenerme tranquilo tomando una bocanada de aire y respirando profundamente. Al cabo de unos minutos ya estaba mas relajado y pude continuar con mis deberes.

Entonces fue cuando inició la cuenta regresiva. Eran las 6:00 p.m. y el timbre nos marcaba que era momento de retirarnos a descansar.
Con toda calma me dirigí a la puerta de salida, mientras me despedía de mis compañeros.
Abordé el transporte que me llevaría de regreso a mi humilde hogar. En la radio del autobus sonaba una pegajosa melodía a ritmo de cumbia, la cual el conductor de la unidad 'tarareaba' con singular son.

Al llegar al punto donde todos los días transbordaba de autobus, mi mente seguía la tonada de la cumbia mientras descendía de la unidad. Me percaté de que los autos estuvieran lejos para poder atravesar la avenida... fue entonces cuando:

Pequeño Bastardo: (pensando)
- Ojalá que pase rápido circuito... tengo unas ganas horribles de columpiar el tamarindo...

Hasta ese punto todo marchaba bien, de repente me vi ubicado de pie junto a un letrero de vialidad, en el cual, estaba parado un "x'kau".

Nuestras miradas se cruzaron durante un par de segundos. Sus ojos eran como el fuego de un volcán, y sus garras afiladas y sucias como las de la señora que pide caridad en los Oxxos.

Lo ignoré y lo mandé a la chingada con la mirada. GRAVE ERROR!

Solamente habia dado 6 pasos para llegar al otro lado de la avenida cuando de manera abrupta y como un ataque terrorista, el ovíparo del mal estaba parado sobre mi cabeza!
El engendro del demonio clavaba sus garritas de forma criminal, como si quisiera abrirme el craneo y extirparme el cerebro.

Pequeño Bastardo:
- AAAAH!! AAWWHWWWAAAAAA!!! AAAARGHHH!!! AAAAAHHAAAHHH!!!

Luego de no poder cumplir su objetivo, el fénix infernal tamaño infantil salio desvaporido. Solo consiguió dejarme el cabello como lo tenía Einstein. Yo habia sido el vencedor en aquella batalla.

Miré hacia todos lados, solamente para saber si alguien había presenciado nuestra encarnecida pelea, pero para suerte de aquellos civiles, no se dieron cuenta de nada.

Pude observar que el autobus de circuito ya estaba en el paradero y corrí para alcanzarlo.
Lo abordé rapidamente y me senté en la cuarta fila.

Empezaba a sentirme orgulloso por haber frustrado el plan de aquella ave satánica cuando de pronto:

Viejita con bolsas del supermercado:
- Jijijijiji mira hija, es el joven que se asustó por un "x'kau".

Nieta de la viejita:

- Si abue... y que guapo esta eh? Hasta me dan ganas de comermelo...

Ok ok, lo contaré bien!

Nieta de la viejita:

- Si abue... jajaja bien marica..

Resto de pasajeros del autobus (incluyendo al conductor):

- ¡¡¡¡¡¡¡¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!!!!!!!!!

Pequeño Bastardo: (cubriendome la cara y con mi peinado de Einstein):

- Cof cof... bajan en la esquina camionero... :ó(

*** FIN ***